Andrés Joan's profile

"Los Días Oscuros"

"Los días oscuros" 
Desde que puedo recordar me ha fascinado escribir, he creado cuentos, poemas, ensayos… he narrado en primera, segunda y tercera persona sobre odio, amistad, amor, traición… y he experimentado con varios estilos, pero siempre contenidos dentro del optimismo y la positividad. La gran mayoría de lo que he escrito se ha perdido en el tiempo y lo que queda son solo retazos de memorias de que alguna vez los escribí, de cualquier manera, aún guardo conmigo algunos de mis cuentos, pero particularmente existen dos que resaltan sobre los otros, por ser….diferentes.
Antes de haberlos escrito nunca hubiera pensado que se escondiera dentro de mí un estilo retorcido o maquiavélico, no recordaba haber escrito nada macabro antes. Quizás haya influido mi afinidad por Edgar Allan Poe, pero lo que realmente me impulsó a crearlos fue una serie de acontecimientos y circunstancias que me marcaron fuertemente, que crearon las condiciones emocionales e hicieron fluir ríos de pesimismo y oscuridad dentro de mí por los días venideros.
Diecisiete años tenía aquel muchacho, vivía en un pequeño pueblo de las llanuras venezolanas. La mañana es testigo de cómo se abren mis ojos y de cómo mi mente organiza prioridades y declara que es necesario ir a un cajero automático a obtener efectivo. Comienza mi viaje, unas once cuadras debo atravesar para mi llegada al banco, me mantengo cauteloso como gacela en pradera africana, puede haber guepardos en cualquier esquina. Mi temor se multiplica por desagradables experiencias recientes y por la naturaleza violenta del pueblo. Cualquier ruido de una motocicleta acelera mi corazón,  -“quizás sean los mismos que me asaltaron hace tiempo”-, me decía en mi mente.
Una vez llegado a mi destino y esperando en la fila, noto que todos mis sentidos se potencian, mi percepción del tiempo se ralentiza, y mis ojos son testigos de un interesante escenario a pocos metros, lo aprecio atentamente como si se tratase de una pintura en un museo: un brazo sosteniendo un arma se va alzando lentamente entre la multitud, toda mi atención, toda la preocupación de mi existencia en ese instante se concentran en ese detalle, en ese hombre en la parte trasera de la motocicleta. -“¿ Cuáles son tus intenciones? Por favor no le hagas daño a nadie”-…la acción fue muy rápida como para haber pensado más que eso.
Una gacela que estaba pastando tranquila en la pradera comienza a segregar terror de sus ojos, en una milésima de segundo se da cuenta de la presencia de un guepardo justo enfrente, queriendo arrebatarle la vida, pero es muy tarde, cuatro balas se sumergen en su torso, el ruido de muerte aterroriza a la muchedumbre, el suelo comienza a retumbar por la estampida inmediata…
Esta no es una historia de heroísmo, yo solo fui una gacela más,  huyendo atemorizado, no… yo no luché contra el asesino ni rescaté a la víctima, solo fui un humano buscando refugio, obedeciendo al instinto de sobrevivir. Entonces vi a los motociclistas marcharse , sabiendo que se quedarían impunes, con el camino libre para seguir manchando la vida de otros…y observé al hombre desplomado, siendo introducido en un auto con la esperanza de que ocurriese un milagro en la clínica, pero no, ese hombre estaba muerto, unos minutos atrás quizás se quejaba del tremendo calor que hacía o el fuerte sol, o tal vez estaba pensando en sus problemas, o en su estómago vacío y su deseo de comerse unas buenas empanadas rellenas de queso, …y ahora…aunque su cuerpo se alejaba dentro del vehículo …no podía ver el techo metálico, ni escuchar el desespero de los presentes, ni sentir el contacto de los asientos con su piel…ahora era todo el vacío infinito…el fin de la consciencia…todo se había acabado.
Una vez el temor general había pasado, las voces en la calle comentaban que fue un problema de venganza entre bandas. Ese día regresé a casa sintiéndome más frágil que nunca, una vasija de porcelana sobre una mesa que podía ser lanzada al suelo por cualquiera en cualquier momento. Me aseguré de no abandonar mi fortaleza ese día, ni el siguiente, ni el siguiente…me fui a dormir mientras me empapaban tormentas de paranoia, el más sutil ruido en las afueras era, en mi mente trastornada, algún criminal armado, no podía parar de mirar temblando las ventanas con la sensación de que aparecería ahí apuntándome con su pistola y me obligaría a abrir las puertas. Eventualmente después de tanto batallar logré cerrar mis ojos y poner fin a ese horrendo día.
En otras ocasiones de mi vida muchos estados emocionales cambiaban después de dormir la noche, pero esta vez el episodio del día anterior continuaba invadiendo mis pensamientos, mis emociones e incluso llegó a contagiar mi perspectiva . El sol dejó de ser la benévola esfera proveedora de vida , ahora era una bola de fuego llena de manchas, el mundo pasó de ser un emocionante lugar para vivir, reír y ser feliz…a unas tierras yermas y desérticas para viajeros sin rumbo, perdí el entusiasmo por todo,  las cosas que me mantenían motivado desaparecieron, mis sueños se distanciaron de mi ser y el sentido de todo simplemente no estaba ahí. Así  transcurrieron los días oscuros, el trozo de vida en que no existí, en que tan solo fui un espectador, un invitado especial limitado a respirar, alimentarse y dormir…
No sabría decir cuando fue que regresó mi esencia al cuerpo, que volví a tener deseos de hacer algo, pero sí recuerdo que ese algo era escribir. Las ideas vinieron solas a mi cabeza, eran ideas y estilos nuevos que visitaban mi cerebro por vez primera, historias de muerte, de sangre, de maldad humana y temáticas retorcidas . Oraciones oscuras salieron de mí, como nunca antes, el resultado fueron varios minicuentos, algunos perdidos, otros que no pasaron de ser un borrador, y otros que transformé en películas dentro de mi cabeza, pero he aquí mis dos preferidos, de los que nunca había tenido la oportunidad de narrar el preludio de su nacimiento:

El niño-cuervo
Amarrado a aquel cordón umbilical, preso en aquella maldita barriga, escuchó que aún le faltaba un mes para nacer… -¡Ni un día más! ¡He sido tan paciente! ¡He estado flotando en esta oscuridad por ocho meses! ¡Ni un día más!-se dijo. La criatura no podía esperar aquella cantidad de tiempo que le asignó la naturaleza, para conocer aquel mundo tan sorprendente del que solo sabía insignificancias que se habían colado por sus oídos… ese mes sería la eternidad más agonizante de su existencia, en ese mes podrían formarse y caer civilizaciones, separarse y unirse continentes, nacer y colisionar estrellas, surgir y terminarse universos…
El plan de escape comenzó con patadas, arremetió tan fuerte contra las paredes de aquella celda líquida, provocó tanto dolor a su progenitora…pero el tejido no se dividió. Su corazoncillo se volvió pétreo, y sus ojos se tiñeron de negro, un negro de odio y maldad…sus uñitas crecieron, y comenzó a arañar las malditas paredes, y su madre sintió que se quemaba por dentro, y se arrastró por el suelo, gritando y sufriendo… y sangró por su vientre, sangró hasta que la bestia se cansó…Y la gente lo creyó el hijo del diablo, y conspiraron para matar al miserable mocoso…pero la madre-loba mostró sus colmillos, su lobezno viviría aunque le desgarrara los órganos, su cachorro viviría…
Entonces al pequeño demonio le crecieron garras , y desató una tormenta de martirio allí en el interior de su carcelera, y destrozó sus tripas y órganos, y los presentes conspiraron con más fuerzas contra aquel monstruo que nunca debió existir, pero la madre lo protegió, aunque se la comiera por dentro, el pequeño viviría…
Y al adefesio le creció un punzante pico, listo para cercenar piel y alma…y picoteó y picoteó durante horas, y se abrieron los muros del calabozo, se abrió la barriga, la piel… y el fenómeno respiró libertad, cortó la cadena que lo ataba a su madre muerta…
Los presentes se le abalanzaron con mazas, y hojas filosas…querían aplastar y rebanar al niño de las tinieblas…entonces le salieron alas negras, muy negras…Y emprendió su vuelo hacia la inmensidad del mundo, hacia la vastedad de la no prisión…Así fue como el niño-cuervo fue libre…así fue como se deshizo de aquella arpía que le tenía cautivo…de aquella miserable bestia que le dio la vida.

Los árboles no van al infierno
Retiró el cadáver suspendido de su padre de la horca, y lo recostó en el  suelo humedecido por sus lágrimas y por la tormenta, junto al viejo roble que había servido de sostén para la cuerda.
¡Furia! ¡Furia! La furia recorría cada átomo de su cuerpo, y le hervía la sangre al muchacho, y sus venas se hincharon hasta casi reventar. Y así le habló al viejo árbol:
-¡ Túuuuuuuuuu! ¡Te maldigo! ¡Que caigan rayos sobre ti y te incendies hasta las cenizas! ¡Que te pudras lentamente hasta morir! ¡Que deje de haber agua en estas tierras y tus raíces se sequen! ¡Te maldigo! ¡Tú has sido el causante de la muerte de mi padre! ¡Mientras colgaba y se asfixiaba mantuviste tus ramas firmes y disfrutabas de su agonía! ¡Sostuviste de buena gana la cuerda asesina! ¡Te deleitabas al verlo retorcerse  como  un miserable cerdo! ¿Me dices que he sido yo el asesino? ¿Qué se ha quitado la vida por haberlo abandonado en su vejez? ¿Qué lo dejé en la soledad y en el desamparo? ¿Dices que lo llevé a la locura y que soy una escoria de hijo? ¿Pero cómo te atreves? ¡Has sido tú el verdugo! ¡Le seduciste con tus rígidas ramas para que lo hiciera! ¡Le llamaste desde la distancia! ¡Mantuviste tu brazo firme mientras te divertías de su desgracia! ¡ Aquel no era un pobre hombre muriendo, aquel era tu bufón!
Y el hombre se echó a llorar nuevamente en el inundado suelo.
– Fuiste mi amigo de niño y mi compañero de juegos, tus ramas sostuvieron mi columpio y ahora sostienen a mi padre muerto. ¿ Dices qué mi padre siempre me amó y yo lo tiré al olvido? ¿ Dices que soy un cuervo traidor, una rata hipócrita? ¿Pero cómo osas acusarme de lo que tú has hecho? ¡Mientras mi padre colgaba te aferraste aún más al suelo! ¡Roble asesino, roble que pronto estará muerto!
Buscó un hacha y arremetió contra el tronco del gigante. Daba hachazos desesperados contra el autor del crimen, contra el homicida de su padre…
-¡Me culpas de tus actos, me llamas mal hijo traicionero, has sido el verdugo de mi padre y por justicia seré el tuyo!
Pero poco alteró los hachazos bestiales la consistencia de aquel tronco, y agotó sus energías  el hijo del hombre muerto.
Y buscó una pala, y cavó y cavó cual topo colérico. Pero eran demasiado profundas las raíces como para derribar al monstruo.
-¡Si no puedo acabar contigo ni con mis manos ni con mis fuerzas, haré que mueras de remordimiento! ¡Me colgaré allí donde mi padre! ¡Y serás el causante de la muerte de dos inocentes! ¡Serás el asesino del niño que antaño revoloteaba por tus ramas, y alguna vez besó tu tronco! ¡Y morirás de culpa y de pena! ¡ Sufrirás y te secarás cuando notes que eres la causa de todo nuestro desconsuelo! ¡Que eres el cómplice de la muerte! ¡Allá en el infierno te espero!
Y el hombre se ahorcó allí donde su padre…El roble ni se inmutó, ni le dio remordimiento, ni pena. El roble fue indiferente a todo el acto de aquel muchacho y dicen que estuvo en pie cientos de años después.
Y el muchacho esperó eternamente al asesino de su padre, mas no coincidieron, porque los árboles no van al infierno…
"Los Días Oscuros"
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This project is an example of creating writing, the project is in Spanish but there is a copy in the English language in my portfolio.

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