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Estudio de Animales: parte 3.

Estudio de Animales, parte 3.
Tetra Rociador (copella arnoldi). Brasil.

En temporada de reproducción, el macho Tetra debe competir con otros para elegir una hoja con ciertas características que habite en la superficie del río Amazonas. Una vez que elija la hoja adecuada, la protegerá mientras espera a una hembra.
Estando listos, juntarán sus cuerpos y saltarán hacia dicha hoja en perfecta sincronía donde dejarán sus huevos pegados (gracias a una especie de gel que los recubre), luego los padres saltarines volverán a caer al agua. Saltarán las veces que sean necesarias dado que una hembra puede poner un aproximado de 100 huevos. (Y lo hará con más de una hembra). Pero, el deber no termina allí. El macho quedará encargado de mantener húmedos los huevos hasta que eclosionen. Es decir, el macho desde el río deberá estar atento y rociar agua a los huevos con su aleta alrededor de 72 horas. Una vigilia por el cuidado de las crías que al ser alevines caerán al río 

Escorpión amarillento y su danza temeraria.
El cortejo empieza cuando las feromonas de la hembra llegan a los machos. Guiado por esa señal, el macho emprende búsqueda y una vez encuentra el escondite de ella va a llamar su atención cavando para que ella se asome. Sí ella sale ante la insistencia, ambos cuerpos empezarán a vibrar, él la sujetará de los pedipalpos con sus pinzas y con su cola mantendrá lejos la de ella ya que si ella no resulta impresionada, lo envenenará. Es así de simple.

Una vez están sujetados, él la guiará en una danza de horas o días. Si ella forcejea mucho, él le inyectará pequeñas dosis de veneno sobre el tórax para "calmarla" un poco. Danzarán hasta que él ponga sobre el suelo una cápsula con espermatozoides y acto seguido, la guiará a ella sobre éste para que sea introducido.
Hecho todo, él deberá huir rápidamente ya que ella podría devorarlo (lo sé, relaciones realmente tóxicas). Incluso cuando sus crías nazcan y ella no tenga alimento cerca, los comerá.

Antequino:
El ciclo de vida del macho Antequino (marsupial australiano) me ha dejado asombrada y quería compartirla.
Sucede que el pequeño Antequino tiene una etapa de reproducción que dura aproximadamente dos semanas en las cuales el macho vive exclusivamente para aparearse. No duerme, ni come. Experimenta una ansiedad hormonal que lo lleva a apararse con todas las hembras que estén cerca y cabe decir, que no tiene cortejo previo ni regalos a la hembra, como sabemos que hacen muchos animales.
No siendo poco su frenesí y competencia reproductiva, vive un colapso inmunológico por falta de nutrientes y como consecuencia las infecciones aparecen y muere. Así, las hembras quedarán encargadas de la crianza de los diminutos marsupiales que protegen en una especie de bolsita en su vientre. 🐀

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