Conocí a Tito Rotito en casa. Llegó lastimado, enfermo y desnutrido después de que encontrara refugio en el café de unos amigos. Tiene una sonrisa muy particular que me fascina, y una alegría e inteligencia tan características suyas que se contagian con su mera esencia. Le deseo siempre el mejor recorrido a donde la vida lo lleve.
Tito Rotito
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