Las personas que han trabajado toda su vida como zapateros, ahora trabajan como si fuera si primer día, en una esquina de un pequeño taller.
El Restrepo es un barrio de la ciudad de Bogotá (Colombia). Desde que se creó se caracterizó por ser un barrio de comerciantes y por convertirse rápidamente en un centro de comercio textil y zapatero. El auge del comercio en el sector, transformó a los Zapatos del Restrepo en un sinónimo de “calidad colombiana”.
Lamentablemente, desde hace varios años, éste pequeño paraíso comercial, decayó. La llegada descontrolada de productos extranjeros, sobre todo chinos, desencadenó la tragedia.
Los nuevos productos se comenzaron a vender mucho más que los colombianos debido a su bajo precio. Lo que desembocó en una crisis economica para el sector zapatero. No habia ventas y los compradores preferían los objetos más económicos sobre los que tenían mejor calidad.
Éste ha sido el panorama desde la llegada de los productos chinos, poca producción, pocos clientes y pocas ganancias.
Taller de la familia González, hace varios años poseían un taller que ocupaba dos casas de tres pisos, hoy el patio de ropa ocupa más que el pequeño taller.
Las máquinas almacenan polvo debido a los largos años sin uso
Las antiguas máquinas del taller del señor Suarez ahora hacen parte de la casa.
Este trabajo fotográfico muestra el estado actual de los verdaderos Zapateros del Restrepo y sus talleres, de quienes lo perdieron todo y recuerdan con anhelo aquellos días en los que se recomendaban a San Crispino y San Crispiniano (Santos Zapateros) para trabajar en el negocio de la familia, ser Zapatero.
Pablo Morales. Toda su vida fue zapatero, él vivió el auge y la caída de su profesión. Hoy en día arregla esporádicamente algunos pares de zapatos.
Andrés González, nació en una familia de zapateros que debido a la llegada de los productos chinos quebró.
Carlos Suarez, hace unos años era dueño de un taller, ahora arregla bolsos.
Carolina, esposa de Andrés González
Hace poco, Andrés después de la muerte de su padre decidió tomar las riendas del negocio familiar, pero algunos días solo espera un milagro.
El propósito del proyecto es generar una reflexión en el espectador y demostrar como lo que está sucediendo va más allá de una simple crisis económica, es una pérdida de tradiciones.
