Es café regado hasta que decides que puede ser algo más. Una colección de regueros de café en los que las manchas me revelaron ideas de mundos y personajes nuevos.

1. Hágase un café.

2. Derrame, salpique, riegue un poco de café sobre un papel gruesito.

3. Disfrute el resto del café mientras el reguero se seca. 

4. Mire las manchas y los espacios entre ellas hasta que empiece a ver cosas diferentes. 

5. Déjese llevar, no de vueltas a la cabeza, de vueltas a la hoja.

6. Trace lo que encuentre.

Nota: Usted ya hizo un reguero, lo peor que puede pasar ya pasó, entonces deshágase del miedo y póngase a dibujar.