A Margarita, gracias por su amabilidad. Tiene el nombre de mi bisabuela. Margarita es un nombre que me gusta mucho.
A Nora, mi abuela, te escribí esta carta:
Matriarca.
Te fuiste de este mundo terrenal, y solo queda agradecerte por todo el amor, ese amor incondicional.
La llevo en mí cuando le tiro un beso a la luna, o en un té con las tantas hierbas curativas que me dabas.
Me llevo todos los aprendizajes y consejos que con sabiduría tú me dabas. Gracias por permitirme amarte, conocerte y contarte cada suceso de mi vida. Siempre estuviste y seguirás estando ahí, ya no en cuerpo, si no en espíritu. Tu espíritu me seguirá guiando hasta el resto de mi existencia, junto con el abuelo, mis dos Ángeles de paz. Me llevo tu alegría, tú sensibilidad y humanidad ante el mundo. Aprendo de tu fortaleza ante este mundo que quiere acabar con la espiritualidad y el amor por otros. Mujer fuerte y guerrera, que supo enfrentarse ante el dolor, ante la maldad y ante la muerte. Te amo, y agradezco a la vida por haber tenido este amor tan bonito, y a pesar de lo bueno, y no tan bueno, nos dimos todo de nosotras, siempre nuestro amor fue recíproco y sin condiciones.
Me llevo todos los aprendizajes y consejos que con sabiduría tú me dabas. Gracias por permitirme amarte, conocerte y contarte cada suceso de mi vida. Siempre estuviste y seguirás estando ahí, ya no en cuerpo, si no en espíritu. Tu espíritu me seguirá guiando hasta el resto de mi existencia, junto con el abuelo, mis dos Ángeles de paz. Me llevo tu alegría, tú sensibilidad y humanidad ante el mundo. Aprendo de tu fortaleza ante este mundo que quiere acabar con la espiritualidad y el amor por otros. Mujer fuerte y guerrera, que supo enfrentarse ante el dolor, ante la maldad y ante la muerte. Te amo, y agradezco a la vida por haber tenido este amor tan bonito, y a pesar de lo bueno, y no tan bueno, nos dimos todo de nosotras, siempre nuestro amor fue recíproco y sin condiciones.
En el mundo espiritual suenan tambores y trompetas con tu llegada, de fondo suena la 33 o los Lebron. Sos salsa, sabor y guaguancó. Sos un pescao con coco y todas las especias con las que condimentas la comida, extrañaré tus sabores y olores en la cocina, también el cafecito de las mañanas. Espero que estés en un mundo mejor, más tranquila, y te reúnas con nuestros otros seres que partieron. Más allá de la nostalgia del que ya no te tengo, agradezco por haberte conocido y haber vivido tantos y tantos momentos desde que andaba contigo recorriendo las calles del centro en Bogotá, hasta las que caminamos en Puerto Rico. Gracias por mostrarme lo bueno del mundo, y enseñarme a enfrentar el mal, llenándome de todo el valor.
Eres núcleo y raíz, madre de todos y de todas, seno de la familia. Eres útero y vientre, todos llegamos a ti. Eres parte de todos nosotros, siempre estarás en mí, viejita linda, te amo y te amamos. Mil y mil gracias por tanto, me diste tan y tanto amor que no sabias que hacer con el. Te amo.
Eres núcleo y raíz, madre de todos y de todas, seno de la familia. Eres útero y vientre, todos llegamos a ti. Eres parte de todos nosotros, siempre estarás en mí, viejita linda, te amo y te amamos. Mil y mil gracias por tanto, me diste tan y tanto amor que no sabias que hacer con el. Te amo.
“Para poder continuar, hay que buscar la raíz, la vida es sabia y quizás no la sabemos vivir”
Siempre con amor, tú niña, tú retrochera.
