Seres aquilates de agua
Las plantas, como bailarinas de la tierra, entrelazan sus raíces con la frescura ancestral del agua, los árboles testigos de ciclos vegetales, como un eco líquido que fluye en sus venas. Los animales, con su diversidad de formas y movimientos llevan en su esencia la fluidez que moldea sus existencias como nadadores en el océano interno de la vida.
Los hongos, en su discreta majestuosidad, absorben la humedad del suelo, siendo guardianes de la fluidez que nutre su ser. Las bacterias, diminutas arquitectas de la vida invisible, construyen sus mundos microscópicos en la danza incesante del agua que las envuelve. Las piedras, firmes guardianas de historias geológicas, sostienen en su núcleo la memoria del agua.
Cada forma de vida, es una prolongación de la existencia del agua y experimentan su riqueza, el agua crea, se desliza y fluye como un hilo invisible que conecta a todos con su propio ser, los acoge y abraza para compartir desde su finitud toda su inmensidad.
