La creación de esta pieza genera un habitáculo que combina elementos visuales, táctiles y luminosos e incluso inmersivos.
Se emplea cerámica, el cual es trabajado utilizando técnicas de modelado y excavación, para crear las superficies, estructuras y vacios del habitáculo.
Estas técnicas permiten la manipulación precisa de la forma y textura de la cerámica.
La luz que se filtra a través de los agujeros crea un juego de sombras y reflejos en el interior, que varía con la posición de la luz, añadiendo una dimensión temporal a la obra. El diseño de agujeros se basa en un patrón estudiado de perforaciones con formas irregulares y organicas en las paredes del habitáculo para lograr efectos visuales y luminosos específicos.
Como un efecto.
La elección de las dimensiones y ubicación de las perforaciones determina cómo se filtra la luz a través de las superficies cerámicas. Esto, a su vez, produce sombras y reflejos dinámicos en el interior del habitáculo, creando un juego visual complejo y cambiante.
El esmalte azul es aplicado a las piezas cerámicas para lograr un acabado de esmalte vítreo y brillante. Este color evoca sensaciones de calma y profundidad. Representa la profundidad que se descubre en el interior del habitáculo.
Este color permite las variacuones en el tono y la textura, añadiendo complejidad visual a las superficies cerámicas.
Adentrandonos al interior de este habitaculo, nos lleva a un mundo completamente alterno donde los colores, luces y la espacialidad crean un espectaculo visual
La inmersión en una experiencia artística que genera adentrarse a la obra. El espectador se convierte en un agente activo, explorando y transformando el ambiente visual y luminoso.
El color es un aspecto crítico del diseño, ya que genera un efecto que le da autenticidad e irrepetibilidad a la pieza.
Pero y si miramos más de cerca?
Juliana Valbuena Huertas.
