CENTRO POMPIDOU
El Centro Pompidou ha sido ampliamente criticado a través de la historia, al observar el edificio queda claro que no se trata de algo convencional, pues aún sin conocerlo, es evidente que trata de algo especial, no está allí sin un propósito, al contrario, es ahora el centro cultural más visitado de Europa, y a pesar de no tener el mejor de los comienzos, probó como la innovación y la visión de los jóvenes puede impactar el mundo de una forma nunca antes vista.
Pareciera que los arquitectos: Renzo Piano y su socio Richard Rogers hubiesen desarrollaron el concepto High Tech architecture como mirando a través de un caleidoscopio neoplasticista, que les permite incluir diagonales y llamar a participar a los tubos, las varillas y las estructuras de acero en el espacio terminado, desprendiendo la función arquitectónica únicamente de los elementos primarios de la construcción, sin encubrirlos, sin enlucido, sin estuco, una arquitectura sin piel, totalmente desnuda que se muestra a sí misma en su concepto inicial de forma.
El Centro Pompidou establece una estructura funcional aplicada por colores, siendo una de sus características fundamentales. En ella el color rojo indica circulación, el color verde es para instalaciones de agua, el color blanco para aire, etc, se asemeja más a una máquina que a una edificación. Es completamente funcional, nada sobra, todo está donde debe estar. El uso de formas puras y colores primarios, no oculta los elementos de tecnología, sino que los resalta y los utiliza para enmarcar los espacios y para acentuar su función.
La estructura hecha principalmente de acero, está compuesta por grandes pórticos, los cuales llevan las cargas hacia la parte externa del edificio, logrando así una planta libre del tamaño de dos campos de fútbol, gracias a esto es posible configurar el espacio de formas infinitas, no importa la exposición o evento planeado, el Pompidou está preparado para recibirlo, su estructura le otorga la versatilidad que necesita.
Las escaleras eléctricas situadas en la fachada oriental, determinan el recorrido interior, sin obstaculizar los espacios, además brindan una hermosa vista de la ciudad a los visitantes, puesto que está recubierta de cristal.
Al ser netamente funcional, es posible afirmar que el edificio es honesto, ya que no esconde su estructura ni las actividades que alberga en su interior, sin importar si son de servicio o abiertas al público. La plaza que ocupa el edificio del Centro Pompidou tiene una inclinación que sirve de emplazamiento a este objeto tecnológico, masivo, que es en realidad el telón de fondo de los demás eventos que suceden en la ciudad.
El Centro Pompidou rompe con su entorno, pues se destaca entre las demás construcciones, no solo por su altura y color, sino también por su sistema estructural ligero y resistente el cual contrasta con los edificios clásicos que lo rodean.
La luz es también un factor importante, gracias a sus fachadas acristaladas y su esbelta estructura, se perciben cambios lumínicos en el transcurso del día. En la mañana el edificio se percibe como un gran bloque de color, es difícil ver lo que sucede dentro del cristal, mientras que en la noche los papeles se invierten, sus fachadas se iluminan y permiten ver la actividad interior, dando así gran protagonismo arquitectónico a la edificación.
Cada uno los elementos presentes en la construcción del Centro Pompidou, es único, puro, y posee cierto grado de informalidad.
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