Amanece despacio. Lentamente los rayos del sol iluminan las calles. Por una esquina cruzan las primeras colegialas risueñas; una gallina picotea tranquila delante de una casa; un hombre de alpargatas, sombrero volteado y machete, camina a paso lento acompañado de su mula cargada; otro lo mira desde su mecedora. Todos se conocen, se saludan, se sonríen. Las comadres comentan
en voz baja los últimos sucesos. Una mujer barre el frente de su casa; otra, más allá, empieza a encender el fuego para preparar café; algunas lavan ropa; una anciana, con destreza, seca y dobla las hojas de tabaco. A esta hora el billar está vacío pero en la tarde se llenará de risas y se apilarán las cervezas en las mesas. Lo mismo pasará con la gallera, sola hoy, pero llena de vida, ruidos, voces y colores los domingos. Hoy es un día, como tantos otros, en el que el tiempo parece circular lento bajo la sombra de los árboles, en el que el verde de la montaña se confunde con los colores de estas pocas casas diseminadas al lado de avenidas polvorientas. «Se vive bueno», dicen, en esta cotidianidad parsimoniosa y comunal. Un hombre armado cruza frente a la iglesia, ni lo miran, se ha vuelto costumbre que así sea, se han convertido en parte del paisaje. Nadie sabe qué esperar pero mientras tanto toca seguir viviendo y el sol se levanta despacio mientras el pueblo se llena de vida y movimiento.
algunas paginas con detalles de color.
Ilustraciones para el proyecto editorial de click Arte, GUERRA A VOCES, los textos fueron escritos por Diana Ospina y las ilustraciones todas de mi autoría.
Detalles del libro impreso.
