Una reversión del cuadro original de Goya, una de mis pinturas preferidas. Además, uno de mis referentes al empezar a ilustrar cosas "oscuras". Sus temas, modos y colores influyeron en lo que haría después... aunque al final acabara torciéndolos a mi estilo personal.

La figura de la bruja es de gran interés para mí. Sin embargo, he preferido siempre idealizarla hacia lo positivo. La idea de un ser oscuro que roba niños para comérselos y cuya naturaleza es innegablemente maligna, me resulta incómoda. Me siento identificada con las brujas de esencia más amable, y con un aquelarre un poco más familiar. Así que decidí optar por una escena festiva.

La obra original, más oscura, más cruda, más a la antigua. Doscientos años después las cosas han cambiado mucho, y creo fielmente que hasta un Macho Cabrío con su aquelarre de brujas, puede tener una naturaleza gentil.